24.4.06

Ni yo

No hay nada en mí. Nada habita en mí. Cualquier tipo de sentimiento se difumina en mi interior. Todo lo olvido. Todo lo lloro. Y no encuentro tu hombro.

Todo está gris. Día nublado. Ésta es la última vez que me lo digo. Es la primera vez que te extraño, sin contar las mil que hubo antes, en algún lugar guardadas. No es que no quiera mirarlas, es que me da miedo romperme.

Y no hay motivos para ser feliz. Soledad. Hay motivos para echarte de menos. Tristura. Hay motivos para quererte hasta odiarme. Ese maldito yo. No hay razones que me lleven a ti, ni caminos que me alejen. Sólo hay una vida que busca otra. Sólo hay querer en su sentido más sano. Pero a veces no me oigo ni yo. A veces no me quiero ni yo.

17.4.06

Como dos desconocidos

Mimo tus palabras, disfruto tus gestos. No hace frío. Es de noche. La antesala del cariño. La puerta sin llave ni alma.

Hubo un intento fallido. A la segunda va la vencida y nos sobra una. Para saltar, para jugar, donde quieras, a ser dos desconocidos, a ser otras personas.

Espero verte muy pronto, entre alguna luz encendida, buscando el viento del alba. Sabiendo que hay vida mañana, pero no durmiendo jamás. Surcando la noche sombría, sentados en un escalón. Como dos desconocidos. Como si fuéramos tú y yo.

14.4.06

Delirios febriles IV

Muero.
No estás conmigo.
Me tiro.
¿Dónde estás?
Todo sabe a nada.
Nada sabe a ti.
Más febril que nunca.
Más tuyo que siempre.
Violines que dejan de sonar.
Repito.
No lo sé.
Por más que yo quiera.
No lo sé.