24.7.06

Vivo

Te he visto cerrar los ojos y volar a otro mundo, sin alas. He observado tu forma de mirar lo que te rodea y me he enamorado de tus ojos y lo que encierran. Con la punta de los dedos intentas alcanzar cada nube, poder tumbarte en ella y no tener otra preocupación que no sea la de ser, respirar, estar. Sabiendo que estás, sabiendo que estamos. Sé que te gusta acariciar la luna como a mí me gusta acariciar tu pelo que cae sobre la almohada. Tu pelo me dice que sueñas despierta y despierta juegas con la vida. Y yo me siento parte de tu vida. Y tú haces que yo pueda llamar a lo mío vida.

23.7.06

Cincuenta por Alba...

(...y todo lo demás no importa)



eres espectáculo... y tú... ni siquiera lo llegas a notar


19.7.06

Escenarios para una obra perfecta

Sin dudas. Primeros besos, primeros pasos. Ojos que se cruzan entre la sombra verde oscura que se va alejando, dando paso al sol que ilumina nuestras primeras palabras, nuestras primeras caricias. De tu mano recorro el cielo. Taxis que vuelven para volverse a ir, guardando besos.

Abrazos robados a traición, por la espalda, en estaciones perdidas. El verde se convierte en nuestro color. Más de una vez, con tacto húmedo. Ojos cerrados. Tiempos parados. No me olvides. No lo haré. Últimas miradas a través de cristales. Siempre a través de cristales.

Olor a sal. Arena en el pelo. Noches de luna llena sin luna. Una toalla, un corazón, una cama, una ilusión. Noches descalzas. Pelo enredado. Luz de las velas. Aroma de rosa. Carcajadas de madrugada. Suspiros de placer. Vidas que se encuentran y se agarran de la mano. Fuerte. Con fuerza. Almas que se miran y hacen pactos en silencio.

Pactos que dan vida. Pactos que respiran pensando en el siguiente escenario.

16.7.06

Llaves

Hay llaves que nunca han sido usadas ni lo serán. Las llaves que llevan a algún sitio secreto, probablemente no físico y permanecen durante siglos esperando simplemente ser, sin que ser implique abrir, sin que abrir conduzca a morir. Ese sitio miente, te llama sin existir, existe sin pensar en algo más que escapar del mundo donde nunca fue creado. Y miras la llave sabiendo que no existe cerradura posible que sacie tu curiosidad, pero la guardas como si te fuera la vida en ello. Miras la llave y sientes que no hay nadie en el mundo que pueda arrebatarte tus sueños, lo que un día pensaste que existiría tras aquella puerta misteriosa.

Hay llaves que conducen a varias puertas nunca antes abiertas. Una puerta te conduce a otras diez. Y cada una de ellas te conduce a otras diez. Y sientes que la vida te hace elegir. Sientes que cruzar una puerta implica no poder volver atrás. Que si elegiste mal no podrás rectificar a no ser que vuelvas al principio, a comenzar, a volver a vivir, a volver a nacer y quién sabe si a morir. Cruzas con cuidado cada puerta, con la llave adecuada. Antes de dar cada paso debes estar convencido de que lo que encontrarás tras la puerta es lo que quieres encontrar, de que podrás seguir tu camino tras ella, sin tener que arrepentirte. Cruzas las puertas, nunca con la misma llave. Vives la vida, nunca con la misma sonrisa. Y te das cuenta de que has elegido bien, cuando al cruzar esa puerta miras tu mano y la llave ha desaparecido. Nunca necesitarás esa llave de nuevo, estás en el camino correcto. Hay llaves que desaparecen.

Hay llaves doradas que abren puertas plateadas. Incluso llaves de papel que abren puertas de plástico. Hay puertas que se abren sin llave y llaves que abren mil puertas. Hay llaves con formas de manos, manos que sujetan llaves, llaves que caen al suelo y nunca nadie recoge. Hay llaves que nunca tendré, llaves que han desaparecido. Llaves que desaparecerán. Toda mi vida, habrá llaves que desaparezcan.

4.7.06

El país de sal

Soy extraño y en mi extrañeza sigo unos pasos que yo mismo no supe inventar. Vivo en mi país de sal, donde mirar mal está mal visto. Sólo pensamos de labios para fuera. Sólo actuamos con el corazón. Cuando el cielo está gris en el horizonte, quemamos los paraguas, sólo de esa forma las gotas venideras tendrán algo para apagar.

Hubo un tiempo donde vivíamos sin sol. No lo necesitábamos porque no mirábamos hacia arriba. Soy extraño y en mi extrañeza nunca he necesitado mirar hacia arriba. Porque dentro lo tengo todo y los pies los tengo casi en el suelo. La luna, al contrario que el sol, nunca dejó de salir. O al menos eso decían. La luz, aunque tenue, era la noche. Los pájaros no sabían cuándo cantar.

Un día, sin saber por qué, nos dijeron que había salido el sol. No miramos arriba para comprobarlo, siempre confiamos. Las caras a nuestro alrededor eran más nítidas, la hierba era más verde y la gente más feliz. Nunca supe bien por qué, pero el sol nos hizo bien.

1.7.06

Emocionalmente tuyo

Y podría decir mil cosas, pero ninguna reflejaría lo que siento por dentro. Es un tiempo que no pienso, que no dejo pasar. Es algo que nos agarra lo suficientemente fuerte como para no hacer olvidar ni un minuto.

Después de no ser, de estar en sitios donde era mejor no estar, ahora soy y estoy en ti, en nosotros, en el lugar donde todo nace, todo crece, todo vive y nada muere. Ésa es nuestra grandeza, la que nos cuida y nos da aliento para seguir en cualquier lugar. Y puedes tener por seguro que nadie te ha dicho tan sinceramente estas palabras. No puedes dudar de mis latidos, que incautos llamaron a tu puerta y encontraron, sin esperanza, respuesta.

Quisiera decir mil cosas pero sólo sé escribir estas pocas líneas que intentan decirte tanto. Quisiera darte todo pero, mientras escribo, me faltas en mi colchón. Quisiera besarte pero me muerdo los labios y sólo me acompaña la sangre de la distancia.
Pero no importa, sé esperar, si es por ti. Sé esperar a quien más quiero. Sé esperar a quien me da la vida. Y nadie lo hará con este sentimiento. De eso no hay ni habrá duda.